
El sol de la tarde filtraba polvo dorado a través de las cortinas del salón, y creaba un ambiente cálido y acogedor en la estancia. Alberto, a sus 73 años reflejados en la piel arrugada y la mirada cargada de recuerdos, se balanceaba suavemente en su mecedora. Parecía disfrutar de la música que sonaba en el ambiente, sus expresiones así lo delataban. Mecía la cabeza con el ritmo de las canciones, cerraba los ojos a veces, y parecía sonreír, se notaba que estaba a gusto.
A su lado, sentada en el suelo y con la vista fija en su
teléfono, estaba Laura, su nieta de quince años.
"Abuelo, ¿qué escuchas ahora? ¿Todavía esa cosa vieja
de antes?" preguntó Laura, sin despegar la mirada de la pantalla.
Alberto irritante. "Sí, Laura. Tus 'cosas viejas' son
el disco de los Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich que me regaló tu abuela.
Ya sabes lo mucho que me gusta".
Laura suspiró dramáticamente. "Abuelo, esa música...
suena tan... antigua. ¿Por qué no escuchas algo de verdad, algo de ahora?"
Lanzó un ritmo de reguetón que inundó la habitación por un instante. Alberto
hizo una mueca, no tanto por la música en sí, sino por el estruendo.
"Para gustos, los colores, Laura. En mi época, esto era
la bomba. Estos tíos eran… no sé… la banda sonora de nuestra juventud. No eran
como las grandes bandas de los años 60, pero tenían su aquel, a mi me
encantaban. Habían muchos artistas y grupos, y podías elegir. Yo elegí estos
tios. Verás, antes no existían los móviles ni Internet. Nuestros 'me gusta' se
ganaban bailando en los guateques. Los celebrábamos en casa de algún amigo.
Imagínate, todo el salón lleno de jóvenes bailando al son de un tocadiscos. Y
créeme que no se escuchaba el reguetón."
Laura hizo una pausa con el teléfono. "Un tocadiscos…
¿Qué es eso? Suena como una enfermedad rara."
Alberto se echó a reír. "Ya veo que no has visto
ninguno. Era un aparato para reproducir discos de vinilo, ¡como este!"
Señaló el viejo tocadiscos Phillips que ocupaba una esquina del salón. "Y
esos discos eran nuestro oro. La música era diferente, la verdad. Se hacía con
más melodía y buenas letras. No como la basura que escucháis ahora..."
Laura enarcó una ceja. "¡Eh, que el reguetón también
tiene su arte!"
Alberto respiró hondo. "Quizás. Pero… ¿has escuchado 'The Legend of Xanadu'? ¡Eso sí que era una historia! Una letra con mucho sentido. Ya sé que os suenan antiguos. El ritmo no es tan potente, no tienen los mismos efectos que el reguetón actual, pero… ¡transmitían algo!".
Alberto movió la cabeza, grabando los pantalones de campana y las plataformas,
imitando el "look" de la banda. "Recuerdo cuando salió 'Hold
Tight!' Ese estribillo se pegaba como lapa y todo el mundo lo cantaba, pero
cantaba lo mismo la niña de 10 años, que la señora de 70 años ¡Qué grandes
recuerdos!
La joven rodó los ojos, pero Alberto continuó.
"Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich... ¡qué
nombres! No sé quién tuvo la genial idea de nombrarse así. Tenían un sonido muy
característico. Mucha armonía en las voces, una batería que marcaba el ritmo
con fuerza, y melodías muy pegadizas. ¡Sus letras no tenían comparación, no se
andaban con tapujos!". Alberto carraspeó, y se inclinó un poco. "¿Has
escuchado 'Zabadak'? Bueno, pues en su tiempo, fue algo así como la locura de
las fiestas."
Laura soltó una leve carcajada, quizás más por la pasión de
su abuelo que por la música en sí. "Abuelo, te estás poniendo nostálgico.
¡Parece que vivieras en una película!"
"Quizás tenga razón, Laura. Pero créeme, 'Okay!', no
era solo música. Era una época, una forma de ver el mundo, un optimismo que
quizás se ha perdido con los años. Y su puesta en escena no se quedó atrás,
¡qué movimientos, qué saltos!" añadió Alberto. "¿Alguna vez os habéis
imaginado a estos grupos cantando en playback? Nosotros tampoco, Laura,
nosotros no lo contemplábamos como algo normal."
Alberto buscó en la estantería, rebuscando entre los
vinilos. "Mira, aquí está. ‘Touch me, Touch me'. La letra no tiene
desperdicio, de verdad. ¿Te la traduzco? Era de esas canciones que te llegaban
al alma... y se lo dedicabas a la chica que te gustaba." Él parecía pensar
en su mujer, ya que se la dedicó muchas veces cuando eran jóvenes. Una sonrisa se le dibujó en la cara sin el darse cuenta.
Sacó el disco con cuidado, limpiándolo suavemente con la
manga de su camisa. La aguja descendió sobre el vinilo, y el característico
chisporroteo llenó el salón, seguido de los primeros acordes. Era 'Wreck of the
Antoinette'. Alberto cerró los ojos y movió la cabeza al ritmo de la música,
dejando que los recuerdos le inundaran.
Laura seguía absorta con el teléfono, pero al cabo de un
rato levantó la vista. Vio a su abuelo con los ojos cerrados, y agitando
levemente la cabeza, disfrutando visiblemente de la música. Por un instante,
sintió curiosidad. La melodía, aunque anticuada para sus oídos, tenía algo…
"Abuelo...", dijo Laura tímidamente, mientras
miraba la aguja de los tocadiscos girando sobre la vieja discoteca. "Esa
canción… ¿de qué va?"
Alberto abrió los ojos. "Es sobre... bueno, una
historia de amor, en un barco que naufraga. ¿Bonita, eh?"
"Mmm...", respondió la chica. ¡Como Titanic! Mamá me ha hablado de esa peli.
La aguja saltaba y seguía rodando en su surco. A ambos se les quedó una extraña
sonrisa dibujada en la cara, cada uno imaginándose una historia en su mente.
Alberto cerró los ojos y apretó la mano a Laura.
Ella, extrañamente, por un instante decidió dejar de lado el móvil, levantarse
y sentarse en el brazo del sillón al lado de su abuelo, y le daba la mano
también. Ambos contemplaban cómo seguía girando el sonido del tocadiscos en la
habitación. Y esta vez, no fue una canción que llegó a los oídos, sino que la
música consiguió unir a abuelo y nieta durante unos minutos.
Alberto, en silencio, sabía que quizás había sembrado una
pequeña semilla en el corazón de su nieta. No esperaba que Laura dejara de
escuchar reguetón, pero tal vez, la próxima vez que viniera a visitarlo, le
pediría que pusiera uno de esos 'viejos' discotecas. Y eso, para él, ya era una
victoria. La música, después de todo, era una forma de conectar generaciones,
de compartir experiencias, de entender que, a pesar de las diferencias, todos
buscamos lo mismo: algo que nos haga sentir.
El sol seguía filtrándose por las cortinas, pero ahora, la
luz parecía más cálida y acogedora. Y en el salón, un viejo tocadiscos oxidado,
pero funcional; el vinilo de los Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich y dos
generaciones distintas, encontraron un punto en común. La magia de la música,
al fin y al cabo, residía en eso.
Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich
Esta banda británica de nombre tan curioso y tan largo, se formó en 1964, en Salisbury, con los miembros siguientes: David Harman (Dave Dee), Trevor Ward-Davies (Dozy), John Dymond (Beaky), Michael Wilson (Mick), e Ian Amey (Tich). Tuvo su actividad musical creativa a lo largo de los años 60, para después reunirse en distintas formaciones y realizar conciertos, incluso a fecha de hoy, aun se relacionan con los circuitos nostálgicos de los 60. El album que he citado hoy en el post, Diamond Star Collection, fué publicado en el año 2023, y reune una serie de canciones que tuvieron cierto éxito en aquellos años. Yo descubrí esta banda, en el tiempo que yo denomino el movimiento MP3, justo cuando empezaban las descargas alegales, allá por los finales 90 del siglo XX. No me descargué ningún LP, simplemente fueron 5 ó 6 canciones, pero las suficientes para conocer este grupo. Todos los temas que he incluido en este post, me los descargué en su momento, y entraron en mi playlist de aquellos años; y ahora también entran en La Playlist del Yeyo, como canciones típicamente sesenteras, muy buenas y fáciles de escuchar. Estoy seguro que muchos de mis lectores, al oir estas canciones, sentirán la misma nostalgia que siente Alberto, el protagonista de mi historia. Como habréis comprobado, el blanco y negro de los videos, acentúa esa nostalgia. En fin, en eso consiste La Playlist del Yeyo. La música de nuestros recuerdos...
Podcast


Podeis visitar la página de La Playlist del Yeyo, en la que están ubicados todos los videos colgados en el blog, a modo de playlist, incluidos los de Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich, para que los disfruteis todos juntos, y en el orden que querais. También teneis una emisora con La Radio del Yeyo, que contiene los hits de las décadas de finales del siglo XX. Y si buscas una canción o un video que no está en La Playlist del Yeyo, lo puedes localizar en el Buscador del Yeyo, procurando especificar bien el video o canción que quieres localizar.
¡¡Hasta la próxima!!
P.D.: Si quieres suscribirte al blog, para estar informado de todo lo que ocurra en él, pulsa en este enlace, y rellena el formulario que te sale. No te preocupes, no cuesta nada. Es muy fácil. Solo tienes que poner tu nombre y una dirección de correo electrónico. Nada más. Hazlo y te lo agradeceré eternamente. Gracias.