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Publicado julio 14, 2025 por Aurelio Vázquez Sánchez con 0 comentarios

Crash Test Dummies-God Shuffled His Feet

Crash Test Dummies-God Shuffled His Feet

El eco resonaba en el corredor de la planta oncológica infantil del Children’s Hospital at Health Sciences Centre Winnipeg, de  Manitoba, Canadá. Los colores eran vivos, en un intento desesperado por contrarrestar la palidez que acechaba en muchas de las habitaciones: murales llenos de animales sonrientes, globos flotando en el techo, y un suelo con diseños de juegos infantiles. A pesar de todo, un aire de calma tenaz se cernía sobre el pasillo.

La habitación 312, donde se alojaba Liam, era un pequeño remanso. En sus paredes, dibujos y pegatinas de superhéroes adornaban la estancia. En la cabecera de su cama, se elevaban las paredes laterales, buscando un entorno más hogareño para el pequeño paciente, y a un lado de su camita se encontraba un mueble con ruedas con juguetes y libros para que se entretuviera. Un televisor, con acceso a dibujos animados, emitía una luz tenue en la oscuridad. La cama, con sábanas de un azul cielo, reflejaba la batalla que el niño estaba librando: dosel transparente y protector, un medidor con números rojos… indicativo del estado de su corazón. En un rincón, un sillón para visitas esperaba a la familia. Las ventanas, mirando a la nevada y fria ciudad de Winnipeg en febrero, ofrecían una vista serena. Liam estaba acurrucado allí, no muy lejos de su cama.

Liam, con sus cinco añitos y el pelo cortito como un cepillo debido a los estragos de la quimioterapia, miraba a la ventana. Había librado la batalla más difícil de su corta vida: el cáncer de garganta, con sus sombras amenazantes, las cirugías y las quimioterapias que le revolvían el estómago y le dejaron el pelo cortito. Y, finalmente, la victoria. Liam era un superviviente.

Pero la guerra había dejado cicatrices, por dentro y por fuera. Y no solo las visibles. La enfermedad le había arrebatado la alegría de su voz. Las cuerdas vocales, delicadas y jóvenes, se habían visto dañadas y su voz, antaño aguda y llena de energía, ahora era… profunda, grave, impropia de un niño tan pequeño. Un barítono inesperado en un cuerpo de niño.

Liam miraba a sus padres, el alma de su madre nublada por la pena, la preocupación reflejada en los ojos de su padre, ambos deseosos de recuperar la risa de su hijo, esa que antes inundaba el hogar, pero ahora parecía inalcanzable. La voz de Liam era distinta, gruesa, como la de un oso... Y a él no le gustaba. Se negaba a hablar, a cantar, a emitir sonido alguno que revelara su cambio. Se escondía tras la manta, como intentando negar esa voz que le daba tanto pesar.

medico con niño con cancer en canadá

Entonces, el Dr. Evans, su oncólogo, un hombre de barba canosa y mirada cálida, entró en la habitación. En su mano, llevaba algo más que la bata blanca habitual: un viejo tocadiscos y un vinilo con una portada peculiar. Era el God Shuffled His Feet, de los Crash Test Dummies.

"Liam", comenzó el Dr. Evans, sentándose en la silla junto a la cama, "¿Sabes qué es esto?"

Liam, tímidamente, negó con la cabeza, tapándose con la mantita que lo protegía.

"Es un tocadiscos", explicó el médico, "y este, un disco muy especial. Quiero mostrarte algo, para que veas que la voz profunda no es algo malo, ¿vale?". El médico fue hacia el niño, desnudando el tocadiscos de su funda, con una mirada cómplice. Con delicadeza, colocó el vinilo en el tocadiscos y bajó la aguja. Las notas de "God Shuffled His Feet" comenzaron a sonar, llenando la habitación con su melancolía y profundidad. Los padres de Liam, Susan y Mark, miraron atentos.

"Esta banda de rock se llama Crash Test Dummies, y son de aquí, de Canadá. Su cantante se llama Brad Roberts. Y, mira… ¿Escuchas su voz?", dijo el doctor, alzando un dedo señalando la voz del cantante, la cual acompañaba con gestos expresivos, como buscando hacer comprender la situación al pequeño Liam. El doctor se percató de que Liam seguía negándose a ser expuesto a las atenciones del personal, y también a las de sus propios padres. "Su voz es… ¡muy profunda, como la tuya, Liam!". La música sonaba por todas partes. El médico miró al pequeño paciente, cubierto aún con su mantita. De nuevo el silencio. De nuevo la pena.

El médico aprovechó la ocasión, y les propuso a los padres, y a Liam, el siguiente plan: "Vamos a escuchar este álbum juntos, canción a canción, y te voy a contar cómo yo veo este trabajo discográfico tan especial. Y tú, Liam, a partir de hoy, vas a escuchar las canciones de Brad Roberts. Si a él, con su voz profunda, le fue bien… a ti también, ya lo verás."

"Esta canción, God Shuffled His Feet", continuó el Dr. Evans, "es la canción que le da el nombre al álbum. Habla de… de que la vida es como un juego de cartas, donde el destino las mezcla y te reparte. La canción tiene un ritmo un poco triste, pero a la vez, esperanzador. Es una canción bonita, ¿verdad?".

Liam asintió tímidamente, ahora menos protegido, pero sin bajar la guardia, como demostrando una gran debilidad. Susan, emocionada, cogió la mano de su hijo y le susurró: "Tu voz es bonita, cariño. Muy especial."

La música continuó.

"Esta canción es… Afternoons & Coffeespoons, como un día soleado, pero un poco melancólico, como un café que se enfría lentamente, un instante mágico para reflexionar, quizás. Empieza suave, como si la propia música te invitara a la calma. La voz de Brad es tan profunda, pero aquí parece más susurrada, como si te contara un secreto al oído. Imagina la melodía como un paseo tranquilo, caminando por un jardín lleno de flores… ¡y muchas cafeteras!". 

El Dr. Evans hizo una pausa, sonriendo a Liam, animándolo a concentrarse en la sonoridad. "Es una canción perfecta para cerrar los ojos y simplemente dejar que la música te lleve a donde necesites estar… como la playa donde íbamos de pequeños… ¿Verdad?". Liam asintió, comenzando a entrever los caminos a seguir.

"¡Ah, esta!", exclamó el médico con una sonrisa, como el abuelo le hablaría al nieto. "Esta canción la hemos puesto muchas veces en la tele, ¿eh? Es muy famosa. Es un poquito rara… Pero bonita, de verdad. Tiene un título muy raro para ser una canción, pero es algo así: Mmm Mmm Mmm Mmm “. Sonríe como si hubiera soltado una payasada. “Cuenta la historia de unos niños y unos… bueno, escucha…" El doctor acompañaba el ritmo con las manos. "Es como una nana, ¿a que sí, Liam?"

"Mira esta… es In The Days Of The Caveman, es como una aventura, ¡como si fuéramos cavernícolas! Tiene mucha energía, ¿no te parece? Y fíjate, Liam… ¡el cantante parece que está contando una historia!".
Susan y Mark se miraron cómplices, entendiendo el mensaje subyacente: una historia que Liam también estaba viviendo, y superando.

"Esta es… Swimming InYour Ocean. Es diferente. Más tranquila, como la que te poníamos cuando tenías fiebre… Muy relajante y tierna. Imagina que estás nadando en el mar…". Liam cerró los ojos por un momento. La imagen le había gustado.
La propia Susan, sonriendo a su hijo, le dijo: "Cariño, puedes cantar… puedes hacer lo que quieras. Tu voz es un regalo, ¿lo entiendes?".

"Y por último… ¡esta! When I Go Out With Artists. Una canción diferente. Triste, con la que los niños también bailan, y les hace sentir bien. Muy melancólica". La voz de Brad Roberts llenó la habitación, pero esta vez, algo había cambiado en el aire. Ya no era la tensión, el temor silencioso. Liam movió levemente la cabeza al ritmo de la canción, y sus ojos brillaron por unos instantes. Ya no se escondía. De hecho, tras unos instantes, y ante la atónita mirada de los presentes, incluso, el niño se animó a reír, levemente, como si, ahora sí, el camino ya transitado tuviera algún tipo de sentido, alguna motivación. 

Y entonces, como por arte de magia, la sonrisa de Liam, que no veían sus padres desde hacía meses, floreció por primera vez en mucho tiempo. Miró a su padre, esos ojos cansados que tanto conocía, y le preguntó con su voz, tan grave como la del cantante: "Papá… ¿la podemos volver a escuchar?". La frase, una simple petición, resonó en la habitación como un triunfo, rompiendo el muro invisible que había construido el niño. La manta, su escudo, cayó al suelo sin que él lo notara.

medico y niño con cancer en manitoba 2

Susan, incapaz de contenerse, corrió hacia él, abrazándolo con fuerza, besando su mejilla suave y con las marcas de la batalla librada. Lágrimas de alivio y alegría inundaron su rostro. Mark, con la garganta apretada por la emoción, sintió cómo su corazón se ensanchaba. Caminó hacia su hijo, le acarició la cabeza, sintiendo la suavidad del pelo corto, renacido tras la enfermedad, y sonrió con orgullo. La alegría, como una corriente eléctrica, se extendió por la habitación. Era el sonido de la esperanza, de la superación, la de la felicidad verdadera. Liam, escuchando la petición de su hijo, sin importarle ya el qué dirán, asintió con los ojos brillantes. La pequeña mano de Liam cogió con fuerza la de su padre, ahora sí, por primera vez. Susan y Mark se abrazaron, lágrimas de alegría resbalando por sus mejillas. El Dr. Evans sonrió. Había ganado una batalla importante. Y así, unidos por la música, la fuerza de la banda Crash Test Dummies, y el inquebrantable amor familiar, comenzaron de nuevo a caminar por la misma senda: la del positivismo.

En las gélidas calles de Winnipeg, en el Children’s Hospital at Health Sciences Centre Winnipeg, en Manitoba, Canadá, y en cada corazón que allí late, se libran batallas diarias contra el cáncer infantil. Batallas donde los verdaderos héroes son esos pequeños guerreros, como Liam, con su coraje y su espíritu indomable, y con el pelo muy corto, como muestra del camino ya recorrido. La música, a veces, es una herramienta poderosa en estas batallas. El álbum "God Shuffled His Feet" de Crash Test Dummies no es solo un conjunto de canciones. Es un ejemplo de cómo la diferencia, como una voz grave y profunda, puede ser única y maravillosa. Y para Liam, este álbum se convirtió en una inspiración, en un recordatorio de que la vida, con todas sus sorpresas y desafíos, es una melodía digna de ser cantada, con una voz grave o aguda, pero siempre con el corazón. La fortaleza y el tesón de Liam es una melodía para destacar.

La esperanza se extendió por la habitación, alimentada por la melodía de Brad Roberts. Porque en la música, y en la perseverancia, reside la verdadera medicina para el alma.

Epílogo

El álbum "God Shuffled His Feet" de los Crash Test Dummies, fue publicado el 15 de octubre de 1993 y es el segundo álbum de la banda canadiense y el que les catapultó al estrellato internacional. Producido por Jerry Harrison (de Talking Heads), el disco se caracteriza por su sonido folk-rock suave, con un fuerte énfasis en las letras ingeniosas, irónicas y a menudo filosóficas. La voz barítona profunda e inconfundible de Brad Roberts es el sello distintivo del álbum, complementada por los coros de Ellen Reid y la instrumentación de la banda, que incluye guitarras acústicas, piano y armónica.

El álbum es conocido principalmente por su éxito masivo "Mmm Mmm Mmm Mmm", una canción peculiar y emotiva que narra historias de niños con características o experiencias inusuales, como la de nuestro protagonista, Liam. Sin embargo, el álbum va mucho más allá de este sencillo. Temas como la canción que da título al álbum, "God Shuffled His Feet", con su humor seco sobre una deidad algo torpe, o "Afternoons & Coffeespoons", que reflexiona sobre el envejecimiento y el tiempo, muestran la habilidad lírica y la originalidad de la banda. También destacan "In the Days of the Caveman" y "Swimming in Your Ocean". A lo largo del disco, la banda explora temas como la existencia, la religión, la naturaleza humana y lo absurdo de la vida, todo ello envuelto en melodías agradables y una atmósfera relajada pero pensativa.

"God Shuffled His Feet" fue un éxito comercial rotundo, vendiendo más de ocho millones de copias en todo el mundo. Alcanzó el puesto número uno en las listas de álbumes de Austria y Nueva Zelanda, y estuvo entre los cinco primeros en países como Australia, Noruega, Suecia y Suiza. Llegó al número 2 en las listas del Reino Unido y al número 9 en el Billboard 200 de Estados Unidos. En su Canadá natal, el álbum fue triple platino, impulsado por el éxito de sus cuatro sencillos (todos ellos top 20 en Canadá).

La recepción crítica de "God Shuffled His Feet" fue en general positiva. Muchos críticos elogiaron la producción "notablemente clara y enfocada" de Jerry Harrison y la singularidad del sonido de la banda. Se destacó la profundidad de la voz de Brad Roberts y la originalidad de sus letras, que a menudo se consideraron ingeniosas, caprichosas y humorísticas, sin dejar de ser reflexivas. Algunos lo describieron como un álbum "deliciosamente cálido y acogedor", lleno de canciones bien escritas y con mucho carácter y un humor descarado. Aunque el álbum fue impulsado por el éxito de "Mmm Mmm Mmm Mmm", la crítica reconoció que el resto del disco mantenía una calidad similar, ofreciendo un folk-rock suave con un toque alternativo que gustó al público. El álbum recibió tres nominaciones a los Grammy y tres nominaciones a los premios Juno.

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