
La insólita historia de la canción prohibida.
El gran secreto de "Platinum".
Es un hecho conocido entre los fans de Mike Oldfield: en las primeras copias del álbum "Platinum" de 1979, el disco incluía una canción llamada "Sally", que fue reemplazada misteriosamente por "Into Wonderland" en ediciones posteriores. La historia oficial, la que te contarán en Virgin Records y en las notas del álbum, es que a Richard Branson no le gustó la canción, por ser demasiado humorística y, francamente, un poco “rara”. Pero ¿y si te dijera que esa no es toda la verdad? ¿Y si el motivo fue mucho más ridículo y.… peludo?
Todo comenzó una tarde de otoño en la casa de Oldfield, en Througham. Mike, con su habitual meticulosidad, acababa de terminar de grabar "Sally", una oda desenfadada a su novia, con voces distorsionadas que sonaban como si estuvieran cantando desde una cabina de teléfono. La canción era juguetona y extraña, con un ritmo new wave que rompía con la grandilocuencia de sus trabajos anteriores. El álbum, un giro audaz hacia un sonido más pop, rock, jazz e incluso disco, estaba casi listo. Porque, sí, hay que decirlo alto y claro: "Platinum" fue un álbum valiente y refrescante. Oldfield se despojó de la capa de "músico de suites" y se arriesgó a explorar géneros muy diferentes. El resultado es un disco vibrante, con toques de jazz, rock progresivo, y sí, hasta algo de disco. Es un viaje musical que te sorprende a cada giro, demostrando la versatilidad de un genio que se negaba a quedarse quieto.
Pero faltaba un pequeño detalle: la bendición de Nico, el gato de Mike. Nico no era un gato cualquiera. Era un siamés con un temperamento muy particular y una sensibilidad musical sorprendente. Podía pasarse horas acurrucado junto a la mesa de mezclas de Mike, ronroneando al ritmo de la música. Pero con "Sally", la cosa fue diferente.
El día que Mike le puso la mezcla final, Nico se irguió, miró fijamente el altavoz y soltó un maullido largo y agudo. Luego, con una lentitud que solo un gato puede dominar, se acercó al equipo, levantó una pata y arañó con saña el máster de la cinta. El sonido fue una mezcla de gruñido felino y estática, y la cara de Mike se descompuso.
"¡Nico! ¿Pero qué haces, bicharraco?", gritó Mike, recogiendo la cinta dañada. ¡Que es la única copia! - Tenía la cara desencajada.
Y la cosa empeoró cuando Mike intentó animarse poniendo la primera pieza del álbum, "Airborn". Si esperabas una entrada suave o melancólica, ¡olvídalo! "Airborn" es un golpe de energía directa, con esa característica guitarra de Oldfield volando a toda velocidad. Es una apertura potente y rítmica que te engancha desde el primer segundo. La idea de que Nico le arañara el máster justo al principio de un álbum que empezaba con tanta fuerza era un presagio, una señal.
Richard Branson, que estaba de visita, se rió a carcajadas. "Parece que tu gato tiene un criterio musical muy definido, Mike. ¡Incluso más que el mío!". Mike intentó reparar la cinta, pero el daño era irreversible. "Sally" estaba condenada. Virgin Records ya había comenzado a producir los primeros vinilos con la canción incluida, por lo que algunas copias salieron al mercado con la canción dañada. Si tienes una de esas copias, eres un afortunado coleccionista... de un disco arañado por un gato.
Mike, desesperado, necesitaba una canción de reemplazo y rápido. Fue entonces cuando, revisando viejas maquetas, encontró un tema melódico y etéreo que había compuesto hacía unos meses, "Into Wonderland". La pieza, con la voz angelical de Wendy Roberts, era mucho más convencional y, lo más importante, no había sido sometida al juicio de Nico. La grabaron en tiempo récord y la insertaron en la mezcla final. Y así, por un capricho felino, nació la leyenda.
Dejando a un lado las locuras gatunas, la verdad es que "Platinum" nos regaló otras joyas. Después de la vibrante "Airborn", encontramos "North Star". Esta canción es la prueba de que Oldfield podía tomar una idea y hacerla suya. Inspirada en una pieza del minimalista Philip Glass, esta canción es un trance musical hipnotizante. Es repetitiva, pero de una forma que te atrapa y te lleva de la mano. Es como una hipnosis con guitarra.
Y si creías que el álbum se iba a quedar ahí, te equivocabas. Porque Oldfield era un genio impredecible. ¿Un charlestón en un disco de Mike Oldfield? Sí, en "Charleston" es donde Oldfield se divierte de verdad. Es una explosión de energía, con un ritmo frenético y una sección de metales que te hace querer bailar. Es un viaje en el tiempo a una fiesta loca de los años 20, con un toque de rock.
Y de la fiesta de los años 20 pasamos a una parodia. Porque Oldfield también tenía sentido del humor y ganas de jugar con los géneros. "Punkadiddle" es un guiño a la escena punk de la época, pero desde el punto de vista de Oldfield. Con un ritmo veloz y guitarras eléctricas, la canción parece burlarse con humor del género. Es una especie de "te estoy imitando, pero a mi manera", que demuestra su capacidad de no tomarse a sí mismo demasiado en serio.
Luego llegamos a una de las piezas más representativas de este giro sonoro de Oldfield, "Platinum". Esta no es la suite completa, sino la segunda parte, la que lleva el mismo nombre. Es una explosión de energía y melodía, con esos riffs de guitarra tan característicos de Mike que te atrapan al instante. Es pegadiza, poderosa y demuestra cómo Oldfield podía ser complejo y directo al mismo tiempo. Es pura fuerza y dinamismo.
Y justo cuando crees que ya lo has oído todo, Mike te sorprende con un clásico inesperado. "I Got Rhythm" es una de las sorpresas del álbum. Oldfield se atrevió a versionar este clásico de George e Ira Gershwin, y el resultado es increíble. Con un arreglo instrumental y un enfoque jazzístico, demuestra que la música no tiene límites para él. Es un toque de elegancia en un álbum lleno de locuras.
Así que, la próxima vez que escuches "Into Wonderland", recuerda: puede que Richard Branson no quisiera "Sally" por su contenido, o que tal vez Nico, el gato, solo estaba haciendo una crítica musical a su manera. ¡Quién sabe! Pero una cosa es segura: ese maullido y ese arañazo felino, sumados a la necesidad de un disco a la venta, cambiaron la historia de "Platinum" para siempre.
Y desde entonces, cuenta la leyenda urbana, en Virgin Records se instaló una "cláusula felina" secreta en todos los contratos de los artistas. Si tu gato arañaba tu máster, no solo te quedabas sin canción, sino que te tocaba pagarle una sesión de spa de lujo. Y por si fuera poco, Mike Oldfield, cada vez que terminaba un álbum, se veía obligado a pasárselo a una fila de felinos expertos en crítica musical, con Nico presidiendo desde su cojín de terciopelo. Dicen que el éxito de "Platinum" se debió, en parte, a que era el único disco que Nico aprobó con un ronroneo satisfactorio. Al final, la música siempre tiene sus propios misterios y, a veces, sus artistas más inesperados... ¡y peludos!
Epílogo
Es Platinum, un disco muy dinámico, potente, y asequible al gran público, le puede gustar a cualquiera, con muchos momentos maravillosos, y canciones realmente preciosas, que tienen detalles a destacar, como por ejemplo las pedorretas de 'Into Wonderland', muy divertidas, o los fragmentos de trompetas en Charleston, o la magia y enigmatismo de 'Woodhenge, que te sumergen en una realidad misteriosa y recóndita. En conclusión, Platinum, tiene momentos compuestos con una maestría fascinante, y con un talento soberbio. Significa el viaje de Oldfield hacia el pop-rock, y a fe que lo consigue con mucha autoridad. En este album, vemos a Mike Oldfield en plena forma, mostrandonos su arte, y su buen hacer, de forma divertida, dinámica, y brillante. El talento se le desborda por los cuatro costados. Gran disco, lo tengo en La Playlist del Yeyo, con otros discos del gran genio Oldfield, pues es muy bueno, pero no es el único. Ha tenido una evolución, ha recorrido un camino musical y yo lo he seguido, en la medida en que he podido, y he admirado su talento, y su buen hacer. Traeré mas discos de él a esta Playlist del Yeyo. Seguro.
Podcast



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¡¡Hasta la próxima!!
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