
La Terapia del Jardín Interior
La consulta de Elara no era un lugar cualquiera. Al abrir la puerta, uno no se encontraba con la frialdad aséptica habitual, sino con un refugio cálido y acogedor. Las paredes, en un suave tono pistacho que evocaba la frescura de un brote primaveral, estaban adornadas con discretas láminas de botánica y pequeñas fotografías de paisajes bañados por el sol. Un gran ventanal dejaba pasar la luz natural de la mañana, que se reflejaba en el suelo de madera clara. En una esquina, presidiendo el espacio como un antiguo oráculo, se alzaba una gramola de madera oscura, pulcra y brillante, invitando a un viaje musical. Los sillones, tapizados en lino color crema, eran profundos y mullidos, diseñados para envolver a quien se sentara en ellos, invitando a la relajación y a la confidencia. No había relojes a la vista, solo el tenue aroma a té de jazmín que flotaba en el aire, una sutil invitación a detener el tiempo y respirar. Era un espacio donde uno podía descalzarse el alma y dejar que las ideas fluyeran, un auténtico jardín interior antes incluso de empezar la terapia.
Marcos, un hombre de unos cuarenta y tantos, se sentaba en uno de los mullidos sillones, con los hombros encorvados. Había estado lidiando con una visión del mundo bastante pesimista últimamente.
"Así que, Marcos," empezó Elara, su voz cálida y envolvente, "hemos hablado mucho sobre cómo tu percepción de los eventos tiende a teñirlo todo de un gris un poco más oscuro de lo que es en realidad, ¿verdad?"
Marcos asintió, mirando sus manos. "Es que... veo los problemas, Elara. Los veo por todas partes."
"Y no está mal ver los problemas, Marcos. Es importante ser consciente. Pero mi propuesta hoy es que exploremos cómo podemos cambiar la lente a través de la cual los miras. Y para eso, te he traído un 'co-terapeuta' muy especial, un compañero que nos va a ayudar hoy." Elara sonrió y se acercó a la gramola. "Es el álbum homónimo de George Harrison." ¿lo conoces?
Marcos frunció el ceño. "No, la verdad. ¿El ex-Beatle?"

"Exacto. Mira, Marcos, este disco, es una verdadera joya. Es un álbum que quizás no fue el más ruidoso o el más ambicioso de su carrera, pero es increíblemente sincero y luminoso. Es como una charla tranquila con un amigo que te dice: 'mira, la vida tiene sus bajones, pero la belleza y la esperanza siempre están ahí, si sabes dónde buscar'. Musicalmente, es suave, con melodías muy claras y la guitarra de Harrison, que siempre suena a 'hogar'. Líricamente, es una invitación constante a la paz interior, a la confianza y a encontrar la alegría en lo simple. Para mí, es un manual en forma de canciones sobre cómo cultivar una mente optimista y ver la vida con más positividad, incluso cuando el panorama no es perfecto. No busca la grandiosidad, sino la verdad sencilla del optimismo." En definitiva, es un álbum delicioso.
Elara tomó el vinilo con cuidado. "Vamos a empezar con la primera canción." Elara colocó el disco y la aguja descendió. La melodía optimista de "Love Comes to Everyone" llenó la sala.
"Escucha la ligereza, Marcos," dijo Elara. "La letra dice 'Love comes to everyone, you can't stop it running wild'. Habla de cómo el amor, la felicidad, la luz, son inevitables. Aunque ahora no lo sientas, hay una promesa implícita de que las cosas buenas llegan. No hay que forzarlas, solo estar abierto a ellas. ¿No crees que a veces nos cerramos a esa posibilidad, incluso sin darnos cuenta?"
Marcos asintió lentamente. "Supongo que sí. Siempre estoy esperando lo peor, para no decepcionarme."
"Y al hacerlo, quizá te estás perdiendo la alegría de la espera de lo bueno," replicó Elara con suavidad.
"Ahora, vamos con la siguiente, 'Not Guilty'." La canción comenzó con su ritmo más denso y y una guitarra que sonaba a reflexión profunda. "Esta canción es fascinante, Marcos. George la escribió en un momento en el que se sentía muy presionado y juzgado por los demás. Pero la letra es un recordatorio poderoso: 'no soy culpable'. Muchas veces, somos nosotros mismos quienes nos castigamos con culpas o nos creemos las críticas de los demás, aunque no sean justas. Esta canción nos anima a liberarnos de esa carga, a confiar en nuestra propia verdad y a entender que somos dignos, independientemente de lo que piensen o digan otros. Es un himno a la autoaceptación y a la paz interior, una forma de decir 'dejo ir lo que me pesa'."
¿Cuántas veces nos sentimos culpables por cosas que están fuera de nuestro control, o nos autoculpamos sin razón?"
"Demasiadas," admitió Marcos. "Siempre me estoy dando palos mentalmente por cosas que no salieron como esperaba."
"Y esta canción nos recuerda que tenemos el derecho a no sentirnos culpables, a soltar esa carga," continuó Elara. "Hay una fortaleza en la letra que te dice que, a pesar de las apariencias o las expectativas ajenas, tu verdad y tu inocencia interna permanecen intactas. Es una canción de autoafirmación."
Elara avanzó al siguiente tema, "Here Comes the Moon". La melodía suave y acústica invitaba a la calma. "Esta es una de mis favoritas para la introspección. Es un suave despertar. Después de la tormenta de 'Not Guilty', llega la calma. Es como decir 'después de cada día oscuro, siempre llega una luna, una nueva oportunidad para la tranquilidad'. Es un recordatorio de la renovación constante, de que cada día trae consigo la posibilidad de empezar de nuevo, de ver las cosas con otra perspectiva."
"Y luego está 'Blow Away'," dijo Elara. La canción, con un ritmo esperanzador y la voz suave de Harrison, comenzó a sonar. "Aquí hay una sensación de esperanza y de dejar ir lo que pesa. La letra habla de 'volar' las nubes, de dispersar la tristeza. Es un recordatorio de que tenemos la capacidad de dispersar la oscuridad con nuestra propia luz, con nuestra intención de buscar lo positivo. Es como si George te dijera: 'tienes el poder de cambiar tu propio cielo interior'."
"Escucha ahora 'Dark Sweet Lady'," dijo Elara, y la dulzura de la balada inundó la sala. "Aquí, Harrison le canta a su esposa. Es pura ternura, ¿verdad? No es una canción grandilocuente. Es un aprecio profundo y honesto por la calma y la belleza que otra persona trae a su vida. Piensa en esto: ¿podemos aplicar esa misma ternura y aprecio a nuestra propia existencia? Ver las cosas buenas en nosotros mismos, en nuestros pequeños logros, en las personas que nos rodean, por muy 'normales' que parezcan? Es una lección de gratitud y aceptación."
"Y para terminar nuestra sesión musical de hoy, 'If You Believe'," dijo Elara, con una sonrisa. La canción comenzó con un tono más introspectivo y reflexivo. "Esta es la clave, Marcos. La letra, en su simplicidad, lo dice todo: 'si crees, puedes lograrlo'. Habla del poder de la fe, no necesariamente religiosa, sino la fe en ti mismo, en tus capacidades, en que las cosas pueden mejorar. Es la piedra angular del optimismo: la creencia en un futuro mejor y en tu capacidad para influir en él. Si cambias lo que crees, cambias lo que ves. Es la semilla de la positividad."
Cuando la música terminó, un silencio cómodo y reflexivo llenó la sala. El sol de la tarde se filtraba por el ventanal, pintando el tono pistacho de las paredes con destellos dorados.
"¿Qué sientes, Marcos?" preguntó Elara.
Marcos suspiró, un suspiro que sonó más a liberación que a cansancio. "Siento... una extraña ligereza. Como si el disco, y lo que me has dicho, hubieran quitado un poco de peso. No es que los problemas hayan desaparecido, pero... los veo diferentes. Como si tuvieran una banda sonora un poco más alegre."
"Exacto," dijo Elara. "El optimismo no es una negación de la realidad. Es una forma de afrontarla. Es la elección de ponerle la banda sonora adecuada a tu propia vida, una banda sonora que te recuerde la luz, la ternura, la ligereza, la esperanza. Y George Harrison, con este álbum, nos da un manual perfecto para ello. El jardín interior, Marcos, tiene sol, aunque a veces las nubes lo tapen. Y ese sol, está siempre ahí, esperando que lo riegues con una perspectiva positiva."
Marcos asintió, una sonrisa genuina asomando en su rostro. "El jardín interior... me gusta eso."

La vida, Marcos, es como una melodía que compones cada día. Puedes elegir notas tristes y densas, o puedes buscar los acordes alegres y luminosos. No se trata de ignorar los silencios o las disonancias, que siempre estarán ahí. Se trata de encontrar la armonía en medio del ruido, de descubrir la belleza en los pequeños detalles y de cultivar la gratitud por cada rayo de sol que se filtra. Cuando abrazamos la alegría, el optimismo y la positividad, no solo mejoramos nuestra propia melodía, sino que también inspiramos a quienes nos rodean a encontrar la suya. Recuerda: la verdadera magia no está en que la vida sea perfecta, sino en cómo eliges verla y vivirla. Y esa elección, está siempre en tus manos.
Epílogo
El álbum George Harrison, publicado el 23 de febrero de 1979, es a menudo visto como un respiro, un trabajo más relajado y personal después de algunos años turbulentos para el ex-Beatle. Musicalmente, tiene un sonido más suave, orgánico y, en muchos sentidos, más accesible. Hay toques de pop, rock, folk y hasta algo de reggae, pero todo se siente cohesionado por la producción pulcra y la calidez de la instrumentación, donde la guitarra slide de Harrison sigue siendo una firma distintiva y melodiosa. Canciones como "Love Comes to Everyone" y "Blow Away" son ejemplos perfectos de su habilidad para crear melodías pegadizas y llenas de sentimiento. La influencia de amigos como Eric Clapton (que coescribió "Here Comes the Moon") y Steve Winwood también se hace sentir en la calidad musical.
En cuanto a las letras, la sencillez es clave, pero no por ello carecen de profundidad. Hay un palpable sentido de paz y gratitud en el álbum, reflejo de su matrimonio con Olivia Arias y el nacimiento de su hijo Dhani. Se aleja de las preocupaciones espirituales más intensas de trabajos anteriores, abrazando temas más terrenales como el amor, la familia y la simple alegría de vivir.
En el momento de su publicación, George Harrison fue recibido con críticas generalmente compasivas, aunque no siempre entusiastas. Algunos críticos destacaron la madurez y el optimismo del álbum, reconociendo el regreso a una forma más melódica y accesible después de la irregularidad de trabajos anteriores. Se apreció el sonido pulcro y las canciones de amor sinceras.
Sin embargo, en el contexto musical de finales de los 70, dominado por el punk rock y la música disco, el estilo más suave y tradicional de Harrison podía parecer un poco desfasado para algunos.
En resumen, George Harrison es un álbum que, si bien no rompió récords ni redefinió géneros, representa un capítulo importante y muy personal en la discografía de George Harrison, mostrando su lado más sereno y esperanzador. La Playlist del Yeyo, con la perspectiva que le da el tiempo, tiene a bien incluir este magnífico álbum entre su repertorio, por que es un muy buen trabajo, con unas canciones preciosas. Sin duda, todo lo que hacen los Beatles, tanto juntos como separados, merece la pena escucharlo.
Podcast



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