
"El viento helado azotaba el rostro de Thomas, un joven de apenas veinte años cuyo hogar hasta hacía poco eran los tranquilos campos de Kent. Ahora, el horizonte era una mezcla grisácea de cielo y mar embravecido, salpicado por la silueta amenazante de las islas Malvinas. La guerra, hasta entonces un concepto abstracto leído en los periódicos, se había materializado en el temblor constante del barco bajo sus pies y en el miedo punzante que le atenazaba el estómago. Habían desembarcado hacía días, y la belleza agreste de las islas, con sus colinas ondulantes y su fauna peculiar, contrastaba brutalmente con la misión que los había llevado hasta allí. No sentía odio hacia los soldados argentinos que, como él, seguramente eran jóvenes lejos de sus hogares, cumpliendo órdenes. Solo sentía frío, un cansancio extremo y una creciente sensación de irrealidad. Una noche, durante una tensa calma entre los bombardeos, Thomas se encontró compartiendo una lata de sopa fría con un compañero, un hombre corpulento llamado David que siempre tenía una palabra amable. David le habló de su esposa y su hija pequeña, mostrándole una foto arrugada que guardaba en el bolsillo. Thomas escuchó en silencio, pensando en su propia madre y en la carta que no se había atrevido a escribir antes de partir, temiendo que fuera la última. La sensación de que no lo volvería a ver, era patente."
Algo parecido, entiendo yo, debió imaginar Mark Knopfler, lider de los Dire Straits, cuando compuso 'Brothers in Arms', el tema que cierra el album que quiero analizar en este post, y que se llama igual, Brothers in Arms. Luego hablaré del tema, porque ahora quiero centrarme en la banda Dire Straits, que sin duda son de lo mejorcito del rock, y del blues rock, que apareció a finales de los años 70 y durante los 80. En la composición e interpretación de este pedazo de disco, figuran Mark Knopfler, cantante y guitarra, John Illsley, con el bajo, Jack Sonni, con la guitarra, Guy Fletcher y Alan Clark, con los sintetizadores y teclados, y Terry Williams, en la batería. Con este equipo, los Dire Straits fueron capaces de hacer un album maravilloso, este Brothers in Arms, pleno de preciosas baladas, potentes canciones de rock, y grandes demostraciones de virtuosismo del lider de la banda en la guitarra. No fue este disco el que supuso la confirmación de Knopfler como gran guitarrista, pues ya lo había demostrado antes, pero sí fue una exhibición, a nivel mundial, de su enorme calidad como virtuoso de la guitarra, y a la banda, como evidencia de ser una de las mas grandes bandas de rock de la historia. No en vano, el Brothers in Arms, vendió mas de 30 millones de copias en todo el mundo, algo que pocos han conseguido. Fué publicado el 17 de mayo de 1985, poco antes de que yo ingresara en el ejército para hacer el servicio militar. Precisamente, fue esa circunstancia la que hizo que conociera este album mas tarde, hasta bien avanzado el servicio. Pero me puse al dia enseguida, y conseguí grabármelo en una de esas cintas TDK, ¡benditas cintas! la de favores que nos han hecho, a los que no teniamos medios para comprarnos el LP. Eso si, en cuanto conseguí mi independencia económica, allá por los 90, me compré el disco en vinilo, que todavía no tenía reproductor de CD. Y en mi tocata de torre, baratilla eso si, pero sonaba bien, lo ponía y me encandilaba desde el primer acorde de guitarra de Knopfler, de la primera canción que sonaba: So Far Away. Me llama la atención ese toque melancólico y reflexivo, y ese ritmo pausado, que no lento, que tiene la canción. La voz de Knopfler, emotiva y con sentimiento, transmite una sensación de soledad y de añoranza de la persona amada, que queda reflejada en la letra del tema, de forma sencilla, pero poderosa.
Este Brothers in Arms, es uno de los discos mas icónicos de Dire Straits, que le hizo pasar al grupo, de ser una buena banda, a ser una de las mejores bandas de rock del mundo, en los mediados años 80. Con su mezcla de rock, jazz y blues, el Brothers in Arms, es un testamento a la versatilidad y al talento de Dire Straits, donde la variedad de estilos y técnicas de producción, abundan por doquier, y demuestran la maestría de la banda, en la composición y la ejecución. La riqueza sonora de este album, es patente desde el primer segundo del primer surco, como ya he mostrado. Pero es que la obra va in crescendo. Si el primer tema es bueno, el que le sigue, es excelso. Con la ayuda de, nada menos que Sting, de Police, (grupo del que ya hablaré mas adelante en La Playlist del Yeyo), comienza una suave melodía, acompañada del verso "I want my MTV", que poco a poco va aumentando de volumen, y con ayuda de una batería poderosa y auténtica, llega al culmen, donde el riff portentoso de guitarra de Knopfler, que se ha convertido ya en mítico, lo acapara todo y se adueña de la canción. Solo la voz del lider de la banda, es capaz de igualar, que no superar, el poderoso sonido de tan maravilloso instrumento en manos de tan virtuoso operario. Y justamente eso, un operario de mudanzas, es el protagonista del tema, que ve como él, se esfuerza mucho y duro, en su trabajo, y cree que el artista o estrella musical, le viene todo hecho y no le supone esfuerzo ninguno. Estoy hablando de Money for Nothing, que no solo es uno de los temas mas destacados de Dire Straits, sino también del rock, de entonces y de siempre. Ese sonido de guitarra, tan bien ejecutado, forma ya parte de la historia del rock, y esta canción, es un emblema y un tema mítico de la música del siglo XX.
Brothers in Arms, de Dire Straits, es un album que combina letras profundas y enfáticas, con una producción musical de alta calidad, donde los instrumentos brillan con luz propia, y destacan cada uno en su momento y en su lugar. En mi opinión, las guitarras de esta banda, son memorables, el virtuosismo de estos músicos, es impresionante. Mark Knopfler, es un guitarrista maravilloso, que convierte cualquier sonido en magia para los oidos. Su calidez y claridad en la guitarra, contribuyen a enriquecer una atmósfera rica y envolvente, que por si solos, los teclados no son capaces. Consiguen con sus canciones que celebremos la vida y la música, como un símbolo de esperanza, con una gran capacidad para levantar el ánimo, y ofrecer consuelo. En definitiva, están describiendo a la música, tal y como yo la entiendo, un símbolo de felicidad. Hay una canción en el Brothers in Arms, que representa todo esto. Es Walk of Life, una canción con un ritmo alegre y contagioso, y una melodía pegadiza, que celebra la música, y su capacidad para unir a las personas, sean de la condición que sean. Recuerda a la música de antaño, pero de muy antaño, así como de los 50.
En el Brothers in Arms, hay una canción que me recuerda a un desfile de los habituales en las películas, en las que sale una procesión en Nueva Orleans, donde se porta un ataud con su muerto correspondiente, y suena una trompeta, lánguida, melancólica, y triste acompañando a la comitiva. Es el comienzo de Your Latest Trick, y a mi personalmente eso es lo que me evoca, y me encanta. Y no es baladí, que sea en Nueva orleans, pues la canción tiene un toque jazzístico, y sofisticado, muy propio de esa maravillosa ciudad de Louisiana. Después de la trompeta, entra en acción, el saxofón que, reclamando el protagonismo, suena y resuena en la mente, como sonido celestial, directamente de los arcángeles a mi oido. La canción, crea una atmósfera melancólica, y sobretodo nocturna, un ambiente perfecto para el resonar del saxo, donde éste se crece, y da lo mejor de si mismo. La voz suave y ténue de Knopfler, hacen el resto para que esta canción sea una oda al desamor y la decepción en una relación.
En este Brothers in Arms, de Dire Straits, hay un tema, que personalmente me encanta. Es The Man's Too Strong, una canción oscura, introspectiva, carente de adornos sonoros, solo los utiliza para demostrar la tensión y la emotividad del tema. Con una simple guitarra acústica, y su voz, que mas que cantar, narra, construye el fondo de la canción; y el resto de instrumentos y florituras varias, aparecen lo justo, para mostrar una cierta tensión, y una angustia y arrepentimiento, del protagonista de la canción, por algunos actos terribles ejecutados en el pasado, por la autoridad que se le confirió previamente. Yo, personalmente destacaría esos golpes duros de guitarra, que resuenan en los momentos clave del tema, acompañados por los tibios sintetizadores, y que conforman una serie de golpes en el pecho, abruptos, toscos, y que demuestran un pesar y una tristeza muy grandes. Me produce cierta congoja cuando escucho la canción, pero me parece tan extraordinariamente bella, a pesar de su espartana producción, que la tengo que aplaudir, a cada final de su escucha.
Y no puede faltar en el análisis de un album como el Brothers in Arms, de Dire Straits, una canción como la que da título al album. Es una conmovedora reflexión sobre la guerra, y la camaradería y solidaridad entre soldados, que conviven y comparten los horrores del combate, y esa extraña sensación de pérdida y resignación. Musicalmente hablando, la canción tiene una estructura sencilla y minimalista, centrándose solo en la guitarra y la voz, y un fondo lánguido que nos da sensación de profundidad. Brothers in Arms, es una de esas canciones que nos logran transmitir una profunda tristeza y emotividad, por la despedida de alguien querido, ya sea en la guerra, como en la vida real. La forma de interpretar la canción de Mark Knopfler, con esa voz pausada y melancólica, y los acordes y punteos suaves de su guitarra, nos transmiten esa sensación de congoja, y pena, que tiene la canción. Sin duda, la emotividad brota por todos los poros de mi piel; y mi vello, se eriza, provocándome una sensación de bienestar, y de angustia, al mismo tiempo, que hacen que mi atención se centre en la música, y me olvide de todo. Estamos ante una de las mejores baladas de la historia del rock, según mi humilde modo de ver, por lo menos, esta me contagia de su cometido, que al fin y al cabo es la tarea de la música. Otras, por muy buenas que sean, no lo han conseguido.
El album, Brothers in Arms, de los Dire Straits, es la culminación del sonido característico de la banda, que ya venía de atrás, pero que en este trabajo, se confirma a nivel mundial. Sin duda, y en mi humilde opinión, ese sonido está protagonizado por la calidad y la claridad, de la guitarra de Knopfler, un guitarrista como la copa de un pino. Pocos guitarristas hay como el, con esa habilidad y esa clarividencia. Además del éxito comercial que acompañó al disco, con este trabajo, los Dire Straits se labraron un sitio en la historia del rock, por su sofisticación musical, su producción impecable, y sus letras, evocadoras, que exploran temas de la vida cotidiana, relaciones humanas, la fama, la guerra, y otras reflexiones personales. Todo ello, mezclado en un disco, y repartido por los surcos del vinilo, junto con los aderezos pertinentes, generan una mezcla de belleza, y hermosura, propios de grandes genios talentosos e inspiradores. Los Dire Straits, ocupan, sin ningún género de duda, un sitio preferente en el Olimpo del Rock. Y Mark Knopfler, uno de los mejores guitarristas de su época, y mas allá.
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